sábado, 4 de diciembre de 2010

- Capitulo 11 - El perro.

No volví a abrir los ojos hasta el mediodía del día siguiente.

-Te traje el desayuno, hermosura.-

Mi amiga estaba bromeando nuevamente. Qué alegría me daba eso.

Le sonreí muy contenta de que estuviera junto a mí.

- Gracias, bombón.- le contesté en el mismo tono burlón.



Cuando íbamos a la primaria, la secretaría de la directora siempre nos hablaba de esa manera tan cariñosa. Recuerdo contener las risas con Leicia en las comunicaciones que nos venía a hacer a las clases, para luego salir riendo a carcajadas al recreo.



El almuerzo de hoy consistía en un simple puré de papas y calabaza. Lo mejor de todo: acompañado por un delicioso vaso de agua a temperatura ambiente.



- Voy a tener que decirle a Connor que no se te aparezca más o vas a terminar en…- señaló con el índice el techo.

- ¡No digas esas cosas, Lei! ¡Por dios!-

- Si, tenes razón. Qué suerte que estas vivita y coleando amiga.- me abrazo intentando no hacerme daño.- Te quiero mucho.-

La puerta se abrió.

Era Ocean. Extraño.

-Hola Sakin, recién me acabo de enterar que estabas acá.- dijo en tono de sentida disculpa. Eso me hacía sentir aún más incómoda.

-Eh…está todo bien, Ocean. No tenes que preocuparte por mi.- le dije. La chica se sentó suavemente en el borde de la cama, junto a mi brazo.- además- dije mirando de soslayo a Lei.- apenas nos conocimos ayer…-

- Si, pero lamento el seguir festejando mientras te cosían las heridas.- repuso intranquila. Miró al piso con odio.- Ese tonto de Connor no me dijo nada…-

Me dolió realmente que hubiese dicho aquello.

-No digas eso, Ocean. Él estaba ayudándome y no quería preocuparte. Menos arruinarte el cumpleaños.-

Se le aguaron un poco los ojos. Lo único que me faltaba era que se pusiera a llorar.

- Bueno ¿Estas mejor?- asentí.- Que cosa…ese perro no sé como entró…- lo dijo muy severamente.

¿Un perro? ¿Esa sería la versión que todos escucharon?

-Si, debe haber hecho un hueco en la tierra para pasar semejante muro.- acotó Lei.

No sabía si de verdad se creía esa versión o solo estaba ayudándome. Todavía no le había contado nada a nadie.

El celular de Ocean sonó e hizo vibrar toda la cama.

Se levantó despacio y atendió en la esquina del cuarto.

La seguimos con la mirada.

-Si, en un rato voy para el centro con los chicos. Está bien. Adiós.- cortó.- Era mi hermano, me voy en un rato al centro a terminar el festejo.-

- ¿A dónde van, a Soma?-

-Si, después nos volvemos con mi hermano que ya está allá.- se acercó y nos saludó con un beso en la mejilla.- Me voy yendo, después vuelvo para ver como seguís. Si necesitas algo avísame.-

-¡Espera!- Ocean y Lei me miraron expectantes.-Por favor, decile a tu hermano que me perdone por las cosas que le hice pasar. Era lo que menos quería.-

-Sakin, con mi hermano esta todo más que bien. Es por lo menos que deberías preocuparte ahora.- me guiño un ojo. Y salió por la puerta.

- Creo que con eso lo dijo todo ¿No?- mi amiga rio por lo bajo.

Me puse colorada como un tomate.

- Sakin, no quiero molestarte. En verdad, amiga.- se sentó junto a mi.- pero todavía no me contaste nada y ya ves la versión del cuento que se está escuchando.-

- Jamás me vas a creer…es muy extraño.- me miré las manos, no podía mirarla a los ojos. Si yo le contaba la verdad me creería una loca.

Pero quizá debería confiar en ella, después de todo era mi gran amiga.

- Sakin, somos amigas desde hace varios años. Aunque diga que viste un zombie te voy a creer.-

- De acuerdo…- suspire y puse los ojos en blanco.

“ Estaba caminando por el sendero, cuando tropecé con una roca que hizo que una ojota saliera despedida hacia lo profundo del bosque – Lei reprimió una risita – Fui a buscarla, la niebla comenzó a hacerse más densa que nunca, tanto que ya no veía mis pies. Empecé a tantear el suelo, me adentré tanto que cuando volví a mirar hacia el sendero, me di cuenta de que estaba completamente desorientada. Seguí buscando, y de repente…”

- ¿Qué pasó?- mi amiga estaba atónita.

La miré perdidamente. Ese sería el momento clave, creer que estoy loca o no.

Decidí continuar y arriesgar todo.

“Cuando de repente, de la niebla comenzó a formarse un espectro – Lei se llevó las manos a la boca pero luego me instó a continuar – tenía…una forma…una forma lobuna. Se fue formando de a poco. Pensé que iba a detenerse y deshacerse de un momento a otro pero no fue así.

“ Comenzó a perseguirme y yo a correr. Aunque tenía todo lo de un espectro, logró derribarme y sentí el peso de su pata. Lo último que recuerdo es que abrió horriblemente su hocico y luego me desmayé…”

Esperé a ver la desagradable reacción de mi oyente.

Lei seguía con una mano en la boca, pero ya no estaba sorprendida ni mucho menos. Estaba furiosa. Se levantó y me miró con un odio que me hizo temer por nuestra amistad.

- Lei te dije que no me ibas a creer.-

- - Si te creo, ya cállate.- no sabía qué era lo que podía estar pasándole por la cabeza pero de seguro no era nada grato. -Saki, ¿De qué tamaño era este lobo?-

- No sé, como una vaca o un poco más.- me desconcertó la pregunta. Ahora no sabía quién estaba más loca de las dos en esa habitación.

- Voy a revisar el sendero.-

- ¡NO!-

- Si, no te preocupes voy a ir con alguien.- y salió como un relámpago por la puerta.

Traté de levantarme pero todo me dolía demasiado.

Me toqué el estomago y lo sentí algo húmedo.

-Ay, no.- una herida se me había abierto y una manchita de sangre asomaba en mi remera.

Ahí íbamos otra vez, y yo sola…



Volví a despertarme en una oscuridad completa.

Me quedé mirando el techo un largo rato, sin mover un dedo siquiera. Si estaba manchada de sangre, no quería volverla a sentir.

Me sentía un poco fría en el sector de los puntos.

Escuché pasos.

- Saki, ya volví.-

Olvidé la sangre y traté de levantarme. Lei me lo impidió al instante.

-¡No seas tonta, no te muevas!- fue a prender una luz y cuando regresó se miró las manos.

-Ay, Sakin…- se me acercó rápidamente y me levantó la remera sin previo aviso. Me limpió la herida abierta con algodón y alcohol. Me sentí una niña siendo peinada por su madre.

-Lei, ya está más que limpia…- se detuvo y fue a lavarse las manos en el pequeño toilette.

-¿Qué fuiste a hacer?-

- Nada que quisieras saber.- Esa respuesta me chocó.

-Si estoy preguntando es porque me interesa. Siento que me incumbe.-

-No, mejor que no sea así. Olvidate.- se volvió a sentar en la cama mientras se limpiaba con otro algodoncito las manos.- Sakin, te conseguí un departamento en el centro…no quiero que te enojes pero si seguís acá…-

- ¿Pero por qué? ¿Por qué hiciste eso?- le grité, furiosa.

- No es seguro.-

- Ya estoy bien, fue un accidente.-

Lei negó con la cabeza.

-Vos… ¿Sabes algo?-

Volvió a negar.

Pero la conocía tanto que me di cuenta con mucha tristeza de que me estaba mintiendo.

Al mentir, a Leicia le temblaba el ojo derecho. Ese era su talón de Aquiles. Era un movimiento muy tan sutil que solo yo y sus padres lo podíamos detectar.

-Sé que me estas mintiendo, si me decís la verdad voy a entenderlo. Estoy segura.- casi le supliqué.

Seguía negando y seguía con su tic.

-Por favor, quiero saber qué fue lo que me pasó.- Lei levantó la mirada. Sabía que era mala para guardar un secreto durante mucho tiempo. Y menos conmigo. Si seguía insistiendo lograría mi objetivo.

- yo tampoco sé qué fue lo que te pasó exactamente, por algo te lo estaba preguntando antes.-

-Pero ¿Para que fuiste hasta el sendero?-

-Fuimos con Dabiel a ver el lugar, no había ni rastros del perro ese o lo que sea que te haya atacado.-

-No fue un perro, ya te lo dije.-

-Quién sabe…- miró hacia la ventana suspirando.

Luego se levantó, me cerró un poco la ventana y con una mano ya en la manija de la puerta me hizo un gesto de despedida.

Seguía muy confundida, así me había dejado.

¿Seguiría viviendo en la mansión después de recuperarme? ¿Cuánto tiempo me quedaba?

A pesar de todo lo ocurrido, la verdad es que ya le había tomado cariño a mi habitación.


NDA: vacacioneeees al fin! libree! :)

1 comentario:

  1. Lei sabe algo....
    Estoy segurisima de que no lo guardara por mucho tiempo Muahahahahahahaha!

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